
Qué alcohol es mejor para el estómago
Beber puede ser divertido, seamos sinceros. Pero un exceso de alcohol puede provocar lesiones, accidentes, graves vergüenzas y problemas de salud a largo plazo. Incluso beber pequeñas cantidades de alcohol aumenta el riesgo de cáncer.
Las directrices australianas recomiendan que los adultos sanos no beban más de 10 bebidas estándar a la semana, y no más de 4 bebidas estándar en un solo día, para reducir el riesgo de daños por enfermedades o lesiones relacionadas con el alcohol.
Una bebida estándar contiene unos 10 gramos de etanol (alcohol), que es la cantidad que el cuerpo puede procesar en una hora. La cantidad de alcohol que puedes soportar depende de tu edad, peso, sexo y de cómo te sientas en ese momento.
Beber más de la dosis diaria puede aumentar el riesgo de accidente, lesión o resaca. Beber demasiado con regularidad también aumenta el riesgo de desarrollar una enfermedad crónica a largo plazo, como enfermedades del corazón, cáncer, enfermedades del hígado, enfermedades mentales o daños cerebrales.
Es fácil beber más de lo que crees. Una bebida estándar es una lata o botella de cerveza de media graduación, 100 ml de vino o un chupito de 30 ml de licor. Las bebidas servidas en bares o restaurantes suelen contener más de una bebida estándar.
Cócteles que son buenos para el estómago
Una bebida estándar es 12 onzas de cerveza, cuatro onzas de vino o 1-1/4 onzas de licor destilado de 80 grados. Todos ellos contienen aproximadamente la misma cantidad de alcohol puro (alrededor de 1/2 onza). Estas cantidades dependen del porcentaje de alcohol por volumen y muchas cervezas, vinos y licores no siguen esta norma.
Permitir que el hígado tenga tiempo suficiente para metabolizar el alcohol es la única manera de eliminarlo del cuerpo. Una ducha fría, el aire fresco, el ejercicio o el café negro no ayudarán a que una persona esté sobria. El tiempo es lo único que eliminará el alcohol del organismo (aproximadamente una hora por cada bebida estándar).
Tolerancia al alcohol – La tolerancia es la capacidad del cuerpo para adaptarse a sustancias tóxicas como el alcohol. La tolerancia varía de una persona a otra, pero algunas tienen una alta tolerancia natural, mientras que otras pueden desarrollar una alta tolerancia a través del consumo habitual de alcohol. Una persona con una alta tolerancia puede parecer sobria ante los demás cuando está extremadamente deteriorada.
Qué alcohol es mejor para la digestión
Beber, aunque sea poco, hace que el estómago produzca más ácido de lo normal, lo que puede provocar gastritis (inflamación del revestimiento del estómago). Esto provoca dolor de estómago, vómitos, diarrea y, en los bebedores empedernidos, incluso hemorragias.
Según el nivel de pH, la ginebra, el tequila y los vodkas sin grano son las opciones de menor acidez; elegir bebidas hechas con estos alcoholes será lo mejor para tu estómago. Te vendrá mejor una bebida hecha con un zumo ligero como el de manzana, pera o arándanos, pero a veces lo que más te apetece es ese toque cítrico.
Los antiácidos actúan neutralizando el ácido del estómago para aliviar el malestar estomacal. Tomar antiácidos puede reducir las náuseas, el ardor de estómago y la indigestión que provoca la bebida. Esta es una buena opción para las personas que tienden a sentirse mal cuando tienen resaca.
Con las bebidas azucaradas y burbujeantes fuera de la mesa, te queda lo más difícil: los licores destilados como la ginebra, el vodka, el tequila o el whisky. Si no te importa el sabor del licor, prueba tu bebida favorita con hielo.
En general, los síntomas de la enfermedad hepática alcohólica incluyen dolor y sensibilidad abdominal, sequedad de boca y aumento de la sed, fatiga, ictericia (que es el color amarillento de la piel), pérdida de apetito y náuseas. La piel puede tener un aspecto anormalmente oscuro o claro. Los pies o las manos pueden tener un aspecto rojo.
Alcohol para el dolor de estómago
Un apéritif es una bebida alcohólica que suele servirse antes de una comida para estimular el apetito, y que suele ser seca y no dulce. Las opciones más comunes para un apéritif son el vermut, el champán, el pastis, la ginebra, el ouzo, el fino, el amontillado u otros estilos de jerez seco (pero no el jerez de crema o el oloroso, que es muy dulce y rico).
El asceta cristiano del siglo V Diadochos de Fotiki dice: “Las personas que desean disciplinar los órganos sexuales deben evitar beber esos brebajes artificiales que se llaman “aperitivos”, probablemente porque abren el camino al estómago para la gran comida que viene después”. Esto indicaría que los aperitivos existen al menos desde el siglo V[4].
El apéritif conocido como Dubonnet se introdujo en Francia en 1846, creado por el químico Joseph Dubonnet como medio para administrar quinina contra la malaria. El medicamento era un brebaje amargo, por lo que desarrolló una fórmula de hierbas y especias para enmascarar el fuerte sabor de la quinina, y funcionó tan bien que la receta ha permanecido bien guardada desde entonces. Los soldados de la Legión Extranjera francesa la utilizaban en el norte de África, infestado de mosquitos. A la esposa de Dubonnet le gustaba tanto la bebida que hizo que todos sus amigos la probaran, y su popularidad se extendió[cita requerida].